Los pacientes niños no son simplemente adultos pequeños

En este artículo te cuento sobre las diferencias, para los doctores, para los papás y para los niños, entre operar niños y adultos. Los pacientes niños no son simplemente adultos en miniatura.

Los niños se enferman de cosas distintas.

En primer lugar, las patologías que se resuelven quirúrgicamente en niños no son las mismas que las de los adultos. Algunas cirugías son propias de los niños como algunas alteraciones congénitas, lunares de nacimiento, quistes, fimosis, hernias inguinales, etc.

Todas estas son más frecuentes en los niños, algunas no se ven en adultos.

¿Qué hace distinto tratar a un paciente niño de un adulto desde el punto de vista físico?

Una de las cosas más bonitas de los pacientes niños, es que son pacientes básicamente sanos. No vienen con comorbilidades, no son hipertensos, no son diabéticos, la mayoría de las veces no son obesos.

Los tejidos son distintos también, la piel es muy fina, pero cada capa se diferencia muy claramente, son tejidos netos, si bien frágiles pero bien diferenciados.

¿Tienen los niños menos riesgos en una cirugía comparado con un adulto?

En algunas situaciones, tienen menos riesgos de algunas cosas que le pasan a los adultos. Por ejemplo, tienen menos riesgo de tromboembolismo, o de algunos accidentes anestésicos.

Pero también tienen sus riesgos propios ya que  la vía aérea es más chiquitita, es más estrecha. Eso es una de las cosas más complejas de operar niños y por eso es que hay que contar con buenos anestesistas pediátricos.

Cuáles son los factores en los que nos tenemos que fijar como cirujanos para saber si hay algún riesgo particular.

Es importante en nuestros pacientes niños considerar la edad, si nacieron de término, y la presencia de alergias y comorbilidades. Yo diría que esos son lo que determina los riesgos principales en los niños. Normalmente se le piden algunos exámenes básicos, como la prueba de coagulación y hemograma.

Sobre la anestesia.

Yo, personalmente, prefiero por un tema de seguridad del paciente y de buena experiencia del niño, que todo lo que sea electivo sea con anestesia general. Esto nos permite operar con toda la tranquilidad necesaria.

A veces los papás llegan con niños de 12 o 13 años y piden que se haga con anestesia local, tal vez encuentran que porque la incisión va a ser pequeña es un “cirugía pequeña” o porque en adultos se puede hacer con anestesia local también se puede en niños.

En mi experiencia, la anestesia local en cirugías electivas no es una opción porque los niños se ponen inquietos y ansiosos, no es una buena experiencia para los pacientes niños, en una cirugía en que la precisión de los detalles lo son todo. Me parece mucho mejor y más seguro operar con anestesia general.

Y también es necesario que el equipo de un cirujano infantil cuente con un anestesiólogo también preparado y especializado en anestesia para niños.

Cuáles son los componentes que hacen distinta la relación médico-paciente en los pacientes niños.

Dos conversaciones: médico-papás y médico-niño

Es muy importante considerar qué hay que entenderse tanto con los padres como con los niños, es decir lo que llamamos “el binomio madre-padre + hijo”.

Hay que explicar a ambos, dentro de la medida el entendimiento de cada uno de ellos y eso es más complejo que atender solamente un paciente, como en el caso de los adultos. Aquí nuestro paciente niño es dependiente de un adulto.

Las mamás y papás vienen buscando un diagnóstico, información acerca de la cirugía, y del proceso que rodea a la cirugía. Pero los niños también tienen sus dudas y sus propias preguntas, quieren saber si va a doler o cuánto tiempo estarán sin poder jugar  y la experiencia es mucho mejor para el niño si se le explica todo y se lo hace parte del proceso.

La conexión con los pacientes niños

Es muy importante que se forme esa conexión entre el paciente niño que se va a operar y la cirujana.

Desde muy chicos ya entienden que está entrando a un lugar distinto, que los están llevando a una consulta para algo especial.

Por lo tanto, hay que tomarse el tiempo, entendiendo que son niños, para explicarles, para “entrar” con ellos teniendo la paciencia necesaria y ganarse su confianza en lo posible.

Hay que sonreírles, hay que tener buena onda, preguntarles si saben porque los trajeron, jugar con ellos, ojalá tenerles un juguete, etc.

En la medida en que “te los ganas”, los puedes examinar mejor, vas a poder saber bien qué es lo que les pasa. Muchas veces ellos mismos te dicen: “tengo un lunar que no me gusta”, “tengo un porotito que me duele” o “me trajeron porque tengo algo en el pene”. Los niños son súper claros y directos.

Más allá de los estudios ¿qué hace falta para ser un buen cirujano infantil?

No puedo responder en general, pero en mi caso los papás siempre agradecen mucho que yo sea amorosa con los niños, que me dirija a ellos. Que uno les explique a los niños y que, cuando son chicos, que uno trate de jugar un rato con ellos antes de comenzar a examinarlos directamente.

 Ya en confianza, puedo explicar qué le voy a hacer, como es el examen, les explico que los voy a examinar sin provocarles dolor, etc. Ese tiempo, esa conversación, los padres los agradecen mucho porque los pacientes niños van sintiéndose más cómodos. 

Si les dedicamos un poco de atención dirigida y tiempo todo se hace más fácil.

El rol que juegan los padres en la información al niño

Siempre le digo a los papás que le cuenten a los niños para que sepan: que se van a operar, que le van a tomar exámenes, que sepan cuando algo va a doler y cuando no va a doler.

Sorprender a un niño de improviso con un procedimiento doloroso puede ser traumático. Un paciente niño informado es lo mejor, y el niño informado se logra a través de papás informados.

En este sentido, mi Instagram @doctoracarolinacorrea ha sido súper importante. Le digo a los padres que revisen lo que hemos publicado y les sirve mucho. Les da una idea de cómo son algunos procedimientos, de cómo son las preparaciones a la cirugía, el proceso de la anestesia, las altas, etc. Eso no sólo les da información, también lo tranquiliza.

Una mamá me decía “Doctora, yo la sigo en Instagram y no sabe lo tranquilizador que ha sido ver la foto de las altas de los niños”. Para eso también han servido las redes sociales, para comunicar esa tranquilidad, para explicar cómo realmente es, y bajar un poco la presión y ansiedad previa.

La recuperación es más rápida de lo que muchas veces se cree.

La mayoría de las veces la recuperación post operatoria es más simples de lo que piensan los papás. Y no son los niños los que tienen temor, sino los papás son los que temen que la recuperación va a ser dolorosa, difícil o larga.

Finalmente se sorprenden con lo rápida que es la recuperación de los niños operados, muchas veces escucho “Ni parece que se hubiera operado recién”.

Creo que esta recuperación tan rápida tiene que ver con qué los niños son muy genuinos y menos manipuladores que los adultos. Los niños no están tratando de quedarse en cama “para que los regaloneen”. El niño sólo quiere jugar lo antes posible: si el niño se siente bien va a querer jugar de inmediato y ahí el problema es otro, cómo mantenerlo en reposo post operado?

El ingreso de los pacientes niños al pabellón quirúrgico.

Los pacientes niños entran en compañía de sus padres al pabellón quirúrgico , jugando, a veces entran en un autito de juguete. Los padres acompañan a sus hijos en pabellón hasta el momento de la inducción, entonces yo los acompaño a salir.

Luego, alguno de los padres ingresa a Recuperación cuando el niño ya ha sido operado y ahí permanecen juntos una hora. Posteriormente, llegan a su pieza de hospitalización y ahí ya ha juegan con los juguetes que trajeron o con la  cama  con botones que la mueven, etc ,todo esto tiene para ellos un cierto componente entretenido aunque no sea su ambiente familiar. Entonces se sorprenden y juegan con eso.

Por supuesto en algunos casos los niños se ponen ansiosos, y entran inquietos o llorando al pabellón, cada niño es distinto. Pero de todos modos, y a todos ellos, tratamos de hacerles el momento lo más fácil posible.

Entonces en resumen, tomando en cuenta todos los factores que hemos conversado: el equipo correcto, la comunicación correcta, la preparación correcta, etc., el evento no tiene porqué ser traumático.

Lo más importante, si los papás no dramatizan este asunto, traspasan la tranquilidad y seguridad a los niños y el niño no tiene porqué pasarlo mal. Y ocurre mucho que los papás buscan un doctor que además de ser buen doctor también los tranquilice e informe y comunique usando el tono correcto.

¿Cómo es con los pacientes niños más grandes?

Los niños preguntan todo, ya a partir de los seis o siete años. No tienen filtro ni se complican para preguntar lo que sea. Hay que prepararse para estos niños, no tienen vergüenza ni problemas con decirte ni preguntarte nada. Lo que me parece perfecto!

También me parece importante involucrar a los niños más grandes, sobre 10 años en los cuidados de su operación y es por eso que también les pido a ellos firmar el consentimiento de su cirugía, creo que eso los compromete a cuidarse mejor, a ser más responsables consigo mismos y se sienten muy incluidos  en todo este proceso.

Doctora Carolina Correa
Cirujana Infantil