Los quistes en niños generalmente son tumores benignos pero crecen, se pueden infectar y deben ser extirpados.
Estos quistes producen gran preocupación en los padres acerca de su origen y evolución. Los más frecuentes son el quiste pilomatrixoma o epitelioma calcificante de Malherbe y el quiste dermoide o quiste cola de ceja.
¿Por qué salen quistes en niños?
La aparición de quistes en niños no tiene causa aparente y se pueden presentar a cualquier edad.
Síntomas
Los síntomas o señales con las que los papás y mamás se pueden dar cuenta de la aparición de un quiste en sus hijos son:
- Aumento de volumen bajo la piel.
- Zona de la piel dura.
- A veces el quiste puede ser móvil.
- Produce una alteración del contorno.
- Pueden ser dolorosos
Diagnóstico de quistes en niños
Antes de tratar los quistes en niños un cirujano infantil debe realizar el diagnóstico clínico, para ver de qué tipo es, pero el tratamiento es siempre la extirpación.
- Los quistes pilomatrixomas aparecen generalmente en niños mayores de un año. Se sitúan en la parte superior del cuerpo, del ombligo hacia arriba. Son superficiales, irregulares y móviles, a veces se traslucen y pueden ser un poco oscuros.
Las mamás dicen que comienzan como una espinilla y a veces se trasluce a través de la piel. Pueden alcanzar tamaños de hasta 5 centímetros más y pueden infectarse. Producen una llamativa alteración del contorno.
- Los quistes dermoides habitualmente están presente desde el nacimiento y los padres lo notan durante el primer año de vida de sus hijos. La mayoría de las veces aparecen en la cola de la ceja, en alguna zona de la cara o el cuero cabelludo.
Estos quistes son más profundos, se alojan en las uniones óseas, entonces no se mueven, a diferencia del otro (polimatrixoma) que sí es móvil. Alcanza un tamaño de hasta un centímetro o un poco más. También hay que sacarlos, porque producen alteraciones del contorno en lugares que son visibles.
Para complementar el estudio clínico se puede realizar una ecotomografía. El diagnóstico de certeza se realiza después de la cirugía, cuando podemos observar el aspecto real del quiste o enviarlos a biopsia.
Tratamiento
El tratamiento recomendado para extirpar los quistes en niños es la cirugía, que se puede realizar a partir de los 3 meses. Lo conveniente es operarlo lo antes posible, porque todos estos quistes van a crecer. En la medida que aumenten su tamaño, la cicatriz va a ser más grande.
¿En qué consiste la operación para sacar un quiste a un niño?
La cirugía para sacar un quiste a un niño es electiva y reconstructiva. Se realiza con anestesia general. Tiene una duración de aproximadamente 45 minutos y es un procedimiento ambulatorio, es decir, el paciente es dado de alta el mismo día que se realiza la cirugía.
La operación consiste en que el cirujano infantil realiza una incisión lo suficientemente grande para poder sacar el quiste de forma completa con su cápsula, para que no vuelva a salir. Después, se cierra el espacio que queda y se dejan todos los puntos internos para lograr una mejor cicatrización.
¿Cómo es la recuperación después de la cirugía para sacar un quiste a un niño?
La recuperación es bastante buena. Los niños quedan con un parche sobre la sutura que no se debe mojar, se indica un reposo relativo durante los primeros días y tres semanas sin actividad deportiva.
Después de pasado este periodo, se saca el parche y empiezan los cuidados para que la cicatriz quede lo más tenue posible.
Esta cirugía es reconstructiva por lo que generalmente está cubierta por las Isapres.
Conoce más sobre los tipos de quistes en niños a continuación: