Ser coordinadora

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Ser coordinadora de cirugía infantil, o de cualquier especialidad es al mismo tiempo un reconocimiento, una responsabilidad y una oportunidad.

Cada experiencia es individual. En este breve artículo quiero contarte cómo vivo personalmente el hecho de ser coordinadora de cirugía infantil de la clínica en estos últimos dos años.

Contando esto podemos ayudar a que todos entiendan una faceta de la labor de los médicos. Una faceta que va más allá de ver pacientes y operarlos. 

Qué significa para mí

También quiero compartir un aspecto de mi trabajo y de mis intereses que me encanta. Me fluye como algo necesario de realizar, que es aportar a que las cosas mejoren en todo aspecto. Ahora, como coordinadora de cirugía infantil en la clínica. 

Espero que esto ayude a muchos estudiantes de medicina, actuales o futuros. Entender mejor esta parte del quehacer de un médico es importante para un futuro médico. Así como las posibilidades y oportunidades que esta hermosa profesión ofrece.

Así podrá aparecer y dar frutos el potencial de liderazgo que cada uno de nosotros lleva dentro.

Aportar en la administración

Hay un aspecto importante y que me interesa del ser coordinadora. Es tener desde hace más de dos años la posibilidad de participar en la organización de un equipo de cirujanos infantiles.

Entender la lógica de la administración, que es desconocida para muchos médicos.

En ese proceso, me parece que surge una colaboración que es esencial para organizar nuestro funcionamiento y coordinación. Así podemos hacer cada día mejor nuestro trabajo. 

A nivel personal puedo aportar desde otras capacidades y liderazgos, que van más allá de lo estrictamente médico, sino que se refieren a lo organizativo.

Tengo el privilegio de trabajar con un equipo de cirujanos infantiles fantásticos en lo profesional y personal. Me motiva poner todo este valioso potencial al servicio de más y más pacientes

¿Cuál es mi rol?

Ser coordinadora es un rol de doble representación, una especie de “puente”, entre los cirujanos infantiles y el estamento administrativo.

No se trata solamente de explicar a nuestros colegas los objetivos de la organización en la que estamos insertos, ni de explicar a la dirección o gerencia lo que el equipo desea.

Esas conversaciones y acuerdos son sin duda muy importantes. Pero además la sola existencia del coordinador, es la señal concreta de que su especialidad es valorada y significativa.

Da entidad a nuestro equipo y genera la certeza entre los profesionales de que se comprende su importancia y rol. Un rol clave en el funcionamiento del hospital o clínica.

Es un espaldarazo no sólo a una persona, sino que a un valioso grupo humano de especialistas que ponen todo su corazón, manos y experiencia en juego.

¿Dónde está el valor?

Lo realmente valioso de ser coordinadora, es impulsar la colaboración de la administración y el cuerpo médico. Esta interacción permite comprender las motivaciones de la otra parte. Así, logramos una integración que finalmente va en pro de los pacientes.

Finalmente, se trata de poner al hospital o la clínica, con todos los talentos individuales y grupales, realmente a disposición de un público amplio. Eso me motiva y es valioso para mí.

La realización de un médico, mi realización como cirujana infantil, tiene relación no sólo con ver y operar pacientes. También con hacer que el sistema ponga el paciente al centro.

Las mujeres líderes

Creo que el liderazgo femenino tiene múltiples maneras de manifestarse. Formas tan diversas como somos las mujeres, y ahí reside su riqueza. El liderazgo no es lo mismo que tener cargos de jefatura, ni es necesario para ello. 

Pero sí me parece necesario que las mujeres líderes expongan su experiencia. No hay un camino o receta única válida o exitosa para ser mujer y líder. Cada camino individual tiene el potencial de ser un espejo para otras mujeres.

Y ese es un pequeño paso, no sólo para que nuestra sociedad valide el protagonismo de las mujeres, sino para que cada mujer encuentre su forma en que su liderazgo personal pueda aparecer y ser fértil.

A veces se necesita inspiración

En mi vida profesional, como doctora, docente y ahora coordinadora, he recibido muchos mensajes. He tenido la oportunidad de estar en contacto con muchas estudiantes de medicina y becadas. Ellas se sienten motivadas, y buscan una fuente de inspiración y sentido.

A ellas les entrego mi experiencia, también las animo a buscar su propio camino. A que tengan el valor de aportar su sello personal en el trabajo que hagan.

Sólo puedo decir que mi estilo ha sido siempre ir para adelante en lo que creo mejor. Pienso que ser mujer me da innumerables ventajas para los proyectos que me propongo.

Vengo de una educación mixta privilegiada, tanto en mi familia como en el colegio. Aprendí a trabajar con hombres y a colaborar con ellos, nunca me hicieron sentir en desventaja, al contrario.

Creo que la empatía, la sensibilidad y la delicadeza no me impiden ser resolutiva, firme, directa y decidida. He podido encontrar y seguir mi estilo y forma de ser.

Quizás he sido afortunada y entiendo que el camino de otras mujeres, y de otras personas puede haber sido más difícil. 

Para terminar

Ser coordinadora de especialidad me hace feliz, incluso me emociona. No quisiera dejar de recordar a algunas personas con cuyos caminos la vida me cruzó y que fueron importantes para mí.

Un recuerdo para tres maestros

El Dr. Ricardo Ayala, con quien me encanté con la cirugía reconstructiva en niños quemados. Recuerdo siempre con admiración su acercamiento a los niños, su preocupación y calidez.

El Dr. Jorge Villegas, de quien aprendí el rigor técnico, la innovación y la preocupación por los resultados de excelencia.

El Dr. Ricardo Roa, quien me ayudó a ver mi potencial de liderazgo y me mostró mundos y desafíos nuevos. De él aprendí que podía relacionarme de formas potentes y productivas con muchas personas. También, que compartir mi experiencia resultaba en un gran aporte para los demás. 

Y hay una persona más

Una persona más quisiera destacar que dejó una impronta en mí, a pesar de que nunca trabajé con ella porque vive en Colombia, y a quien conocí a través del mundo de los congresos. Me refiero a la admirada doctora Linda Guerrero, referente latinoamericana en la especialidad, y mía personal, como doctora, mujer y persona.

De todos ellos saqué algo único, y la suma es totalmente individual. 

Por último, siento que es parte de mi rol transmitir y devolver todo lo que he recibido a mis pacientes, colegas y alumnos.

Aunque se haya dicho muchas veces, lo repito porque lo he vivido: la perseverancia es más importante que el talento innato, y es importantísimo hacer lo que amas y amar lo que haces.

Doctora Carolina Correa
Cirujana Infantil